“Sobre estos dos islotes quisieron fabricar fuertes”.
Eso es lo que nos dice un mapa de las intenciones de colonos ingleses en la isla de Vieques en 1717-1718 durante uno de los varios intentos de colonización inglesa en Puerto Rico, y esos islotes hoy día son parte de la Reserva Natural Bahía Bioluminiscente de Vieques.
España fue el primer país europeo en llegar al ya poblado Caribe, en 1492, pero algo más de un siglo después llegaron otras potencias para establecer sus colonias. En la década de 1620 Inglaterra y Francia establecieron colonias en la isla de San Cristóbal (St. Kitts), a 200 millas al sureste de Puerto Rico en las Antillas Menores, y los holandeses llegarían a islas cercanas una década después; los daneses llegarían a Santo Tomás en las no muy distantes islas Vírgenes en 1672. De ese momento en adelante: expansión de otras potencias europeas en lo que había sido un territorio exclusivamente español, después de la transformación fundamental de su mundo indígena.
Los franceses, daneses e ingleses codiciaron a Vieques por sus recursos forestales y pesqueros y hasta por el ganado salvaje que ahí había prosperado desde el exterminio de su pueblo taíno. Vieques ofrecía maderas finas, leña, tortugas marinas, nuevos terrenos fértiles que cultivar y estaba lejos de los lugares donde se concentraba la población en Puerto Rico, y su vigilancia. El primer intento de establecer una colonia inglesa en Vieques se dio en 1647, y en esta ocasión fueron expulsados violentamente por tropas criollas. En 1683 se da la primera de tres oleadas de colonos ingleses provenientes de la isla de Anguila, una isla 135 millas al este de Puerto Rico que en su historia ha tenido estrechos lazos con Vieques, y es la tercera y última oleada la que capta un mapa de 1718 disponible en el Archivo Digital Nacional de Puerto Rico, https://archivonacional.com/PL/1/1/5901.
En agosto de 1717 la mitad de los hombres ingleses de Anguila zarparon hacia Vieques, empujados por años de sequía y hambruna en un territorio limitado y de por sí ya seco. Se conserva una lista de los nombres de los hombres que emigraron libremente, con apellidos como Gumbs, Hodge y Lloyd, pero no de los 20-30 esclavos africanos que los acompañaron, ni de las mujeres. El historiador Jalil Sued-Badillo nos cuenta que la colonia inglesa, ésta aparentemente establecida cerca del actual poblado de Esperanza, de acuerdo al testimonio de esclavos capturados escapándola, contaba con:
– 70 hombres blancos, dos mujeres blancas, y 40 esclavos africanos
– Dos embarcaciones que le pertenecían al rey de Inglaterra
– Un fuerte con tres casas en su interior y seis u ocho cañones
El gobierno isleño, al darse por enterado de la existencia de la colonia, mandó a organizar una pequeña armada para desalojar a los colonos ingleses de Vieques. En febrero de 1718 llega a la isla una flotilla de cinco embarcaciones lideradas por José Rocher de la Peña de la Armada de Barlovento pero organizada y financiada en parte por don Miguel Enríquez, corsario y comerciante puertorriqueño, hijo de esclava liberta, y en su tiempo el hombre más célebre y rico de Puerto Rico y su figura marina más importante. Las tropas criollas, que consisten de 290 hombres entre los cuales hay 65 ex-esclavos de Cangrejos, no muy lejos de la capital, despachan a 30 ingleses y sufren la baja de un miembro nada más. Varios colonos ingleses escapan, otros son presos, los esclavos son vendidos y los cultivos y edificaciones inglesas son destrozados. Se ha escrito que los cañones ingleses capturados terminaron en el fortín de San Jerónimo, cerca de la entrada a la isleta de San Juan.
Los ingleses volvieron a intentar otra colonización en 1752 pero finalmente desistieron por completo en 1797, año en que no solo tuvieron su último intento infructuoso en Vieques, sino que también fracasaron en grande en el asedio de San Juan liderado por el general Ralph Abercromby. Los islotes que fueron parte de la estrategia defensiva de los ingleses, y cuya importancia quedó plasmada en un mapa de 1718, no protagonizarían otra vez sino hasta la propuesta del general español D. Salvador Meléndez un siglo después (1816-17) de construir ahí fuertes. A mediados del siglo 19 el cayo Real estaría en la lista de “montes públicos” de Vieques y en la década de 1980 ambos cayos pasarían a ser parte de la misma reserva natural.
El cayo Real y el cayo de Tierra se elevan sobre el mar Caribe como dos morros gemelos en la costa sur de Vieques. El cayo directamente al sur de Esperanza es el cayo Real, o cayo de Afuera, y el cayo a su este, el cual está conectado a la isla principal de Vieques por un tómbolo, es el cayo de Tierra. Estos cayos están formados por piedra caliza al igual que los morrillos de Cabo Rojo en el suroeste de Puerto Rico, los cuales recuerdan, y en este caso una transición del bosque húmedo subtropical hacia un bosque seco los cubre. El bosque seco subtropical incluye a varias especies vegetales como el almácigo (Bursera simaruba) y varios cactos y en los acantilados del cayo Real reposan y anidan aves marinas como el chirre piquirrojo (Phaethon aethereus), especie muy rara en el archipiélago de Puerto Rico. En el cayo de Tierra también hay una laguna próxima al tómbolo. El cayo de Tierra es accesible a través de un sendero que comienza en Esperanza y los alrededores del cayo Real son conocidos por las oportunidades para la recreación marina que ofrecen, como el esnorquel y los paseos en kayak. El cayo Real está clasificado, según el plan de manejo, como una zona de preservación donde solo se permiten los usos científicos.
La Reserva Natural Bahía Bioluminiscente de Vieques fue establecida en 1989 y sus 1,201 cuerdas (1,165 acres) son administrados conjuntamente por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, https://www.drna.pr.gov, y la entidad no gubernamental Fideicomiso de Conservación e Historia de Vieques, www.vcht.org. Los atractivos principales del área protegida, además de los dos cayos, son la bahía bioluminiscente con su fulgor único en la Isla y el Caribe, los humedales y el bosque seco subtropical que la rodean, y una extensión marina que se adentra unas nueve millas náuticas en el mar Caribe. El espectacular balneario de Sun Bay también es parte del área protegida. Otras áreas protegidas en la isla municipio de Vieques incluyen el Refugio Natural de Vida Silvestre Cerro El Buey, administrado por la organización Para La Naturaleza, https://www.paralanaturaleza.org, y el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Vieques, de administración federal, https://www.facebook.com/groups/435952524534630/permalink/810507807079098/ , que también incluye los antiguos terrenos del polígono de tiro en el extremo este de la isla, https://www.facebook.com/groups/435952524534630/permalink/739438337519379/.
Las áreas naturales protegidas de Puerto Rico son un atractivo sin igual, motivo de orgullo, patrimonio que defender y un polo de desarrollo para la Isla. Áreas como el Bosque Nacional El Yunque, https://www.facebook.com/groups/435952524534630/permalink/864704064992805/ , y la Reserva Natural Isla de Mona, https://www.facebook.com/groups/435952524534630/permalink/546191613510720/ , son parte de la historia e identidad de Puerto Rico. Protegerlas, para el bienestar de la sociedad y la naturaleza única del archipiélago, es el deber de todos.
Fuentes:
Archivo general de Indias. 1718. “Mapa de la costa este de Puerto Rico y Vieques”, https://archivonacional.com/PL/1/1/5901
Brau, Salvador. 1917. “Historia de Puerto Rico”, https://babel.hathitrust.org/cgi/pt… (página 166)
Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, Estado Libre Asociado de Puerto Rico. 2009. “Plan de manejo de la Reserva Natural Bahía Bioluminiscente de Vieques”, https://www.drna.pr.gov/…/Plan-de-Manejo-de-la-RN-Bahia…
Ledru, André Pierre. 1863. “Viage a la isla de Puerto-Rico en el año 1797”,
https://archive.org/…/viagelaislad…/page/n10/mode/1up… (página 114)
Sued-Badillo, Jalil. 2006. “Vieques: to be or not to be” en “Puerto Rico under colonial rule: political persecution and the quest for human rights” editado por Ramón Bosque-Pérez y José Javier Colón Morera, State University of New York Press.










